jueves, 1 de noviembre de 2018

¿Qué son las licencias de sincronización musical?


Muchos artistas han visto despegar sus carreras gracias a las licencias de sincronización. Éstas no son otra cosa que un permiso otorgado por el compositor musical a terceros para la utilización de la música con diversos fines.

Música e imágenes están trabajando juntas más que nunca. La mayoría de los videos que vemos en YouTube tienen una gran carga de música, la web está inundada de contenido audiovisual. Y es a esto a lo que llamamos sincronización musical. Por eso, en estos días hacer música para publicidad o para la banda sonora de una serie de Netflix es visto como una oportunidad dorada.


Cómo funciona el sistema de licencias

La sociedad argentina de autores y compositores (SADAIC) es la encargada a nivel nacional de regular la utilización de las obras registradas en el ámbito del cine, la publicidad, la televisión, radio, ringtones, etc. Para más información, en la web de SADAIC, en la sección “Aranceles por derecho de autor”, encontrarás los regímenes vigentes.

Para que alguien pueda utilizar las grabaciones de un músico debe contar con el aval del músico en cuestión y de quien es dueño de las grabaciones mismas. En muchos casos, los derechos de los fonogramas son propiedad de las compañías discográficas. Si el artista es independiente, entonces es el mismo artista quien posee esos derechos. Para más información sobre esto, podrías leer: “Cómo lanzar tu disco en formato físico”.

Existen empresas, agencias, editores, que se dedican a hacer de intermediarios entre quienes necesitan música y quienes la producen. Cada empresa tiene su propia forma de trabajar y ofrece contratos diferentes por lo que hay que hacer un buen trabajo de investigación antes de firmar con alguien. Es importante que el editor tenga un buen catálogo y que tenga los contactos con las empresas que te interesan. Podrías buscar algún buen ejemplo de música sincronizada y comunicarte con sus editores.

La mayoría de los artistas adopta un sistema de licencias no exclusivas, lo que significa que sus obras musicales no estarán atadas a un producto en particular sino que estarán libres para ser vendidas a diferentes compradores. Además, los contratos son únicos para cada caso y pueden tener diferentes limitaciones como por ejemplo el formato, el tiempo de uso permitido y restricciones geográficas.

Si estás pensando en licenciar tu música, lo primero que debes hacer es asegurarte de que los derechos de la autoría y la composición te corresponden. Si todavía no registraste tus obras en SADAIC, podrías leer “Cómo registrar obras en SADAIC”. El siguiente paso es obtener los derechos del fonograma o, en su defecto, revisar el acuerdo con tu compañía discográfica. Uno de los grandes beneficios de firmar un contrato discográfico es que, generalmente, estas empresas pueden ponerte en contacto con gente que pueda estar interesada en tu música para realizar una sincronización.

Debido a que existe una oferta muy grande de música allí afuera, es importante que tomes la iniciativa y salgas a buscar esos acuerdos por tu cuenta. Sería ideal que el medio que escojas esté en sintonía con tu propuesta cultural, por ejemplo: si tocás thrash metal, tal vez no sea la mejor idea buscar que tu música se utilice para publicidad de productos para bebés. Así que revisá tus objetivos, gestioná prudentemente tus derechos y salí a buscar clientes!