martes, 24 de julio de 2018

5 Razones importantes para zapar regularmente con tu banda


El verbo zapar se utiliza en Argentina para describir una situación en la que uno o más músicos comienzan a hacer una improvisación musical desde cero o sobre un tema ya establecido.
Si tenés una banda o sos parte de un proyecto musical te habrás dado cuenta de que zapar es algo que puede alejarte de la rutina de ejercicios o de los objetivos del ensayo (que casi siempre tiene límites horarios que hay que aprovechar). Es común pensar que no hay razones para desviar la atención de los temas que uno tiene que tocar ¿por qué hacerlo si nadie va a estar improvisando sobre el escenario? Aún así, hay algunos beneficios que hacen que zapar sea bastante beneficioso para la banda y para uno mismo.



Zapar crea conexión


Si nunca zapaste con amigos, no creo que entiendas este punto, pero es necesario que lo intentes al menos alguna vez, no te vas a arrepentir. Muchas veces los músicos, sin siquiera hablar, se ponen de acuerdo en tocar en la misma tonalidad, siguiendo un ritmo y respetando el espacio de cada uno a la vez que improvisan sobre algo totalmente nuevo que no saben a dónde los va a llevar. En ese momento, se puede ver (o mejor dicho escuchar) el alma de la música, es decir qué es eso que todos quieren expresar en ese mismo instante con sus instrumentos y la forma en la que lo hacen. Es como estar dialogando con tus amigos pero sin abrir la boca.
En algunos géneros musicales, este tipo de conexión se da sobre el escenario y es totalmente necesaria. Es tan importante que hasta el público espera que todo sea fresco y espontáneo. Es el caso del Jazz, el rap y algunos ritmos folclóricos.


Zapar saca a la luz nuevas ideas


Esta forma de hacer música es utilizada por muchísimos compositores para crear obras. La prefieren porque hay una sensación de libertad y de incertidumbre que puede ser provechosa para liberar el inconsciente y sacar a la luz ritmos y melodías que tal vez no hubieran aparecido por tratar de restringirse utilizando un método más racional, estudiado y meticuloso.
Todo esto no significa que haya genios creativos que hacen música buscando respetar proporciones áureas, haciendo cálculos matemáticos (Bach o Stravinsky) o utilizando otros tipos de cuestiones estéticas.
Durante una zapada con tu banda, dúo o cualquier otro proyecto musical, tal vez te sorprendas de que tus ritmos o melodías pueden inspirar a tus colegas a hacer algo diferente y creativos. Si tenés la posibilidad de hacerlo, grabá cada una de tus zapadas porque seguro que vas a encontrar algo interesante para comenzar con una nueva composición.


Zapar ayuda a enfocarse


Seguramente te ha pasado de estar ensayando los mismos temas una y otra vez hasta el cansancio y pensás que podrías tocarlos hasta en modo automático. Esto puede ser muy desmotivante y ese estado de ánimo puede ser contagioso y afectar al resto del grupo. Un paliativo para esto son las zapadas. Cada vez que te sientas desmotivado en un ensayo, proponé una zapada, aunque sea una de cinco minutos. Vas a ver que después de eso todos van a tocar el siguiente tema de manera mucho más enérgica y hasta surjan nuevas ideas o arreglos.


Zapar te da confianza


Es un error pensar que uno no es lo suficientemente bueno como para zapar. Todos pueden hacerlo porque no se trata de hacer las cosas bien o mal, sino de hacerlas y punto. El análisis de si es bueno o malo, lindo o feo, largo o corto, se deja para otro momento. Zapar, como dijimos, te ayuda a crear conexión con tus compañeros pero también con vos mismo y con tu instrumento. Esto ayuda a construir tu confianza, te sentirás más seguro y, por ende, disfrutarás mucho más. Puede ser desafiante tener que tocar un solo improvisado o cantar algo con significado pero con el tiempo vas a ir perdiendo el miedo y tu espontaneidad se verá reflejada en el escenario.


Zapar es tremendamente divertido


Pasarla bien es una parte muy importante en cualquier proyecto musical. Aunque sea una banda de “trabajo” en donde cada uno se apega a su guión y sigue el plan, no es recomendable tener un ensayo de dos horas, tres veces por semana en donde absolutamente todos los temas son archiconocidos y ya te parecen monótonos. Si esto pasa, se pierde la conexión y se genera aburrimiento y fastidio.

Claro que los ensayos son el medio para conseguir objetivos importantes y no siempre hay que estar jugando, más aún cuando uno quiere progresar y busca la “perfección”. Pero si uno permite que las zapadas sucedan regularmente, todo lo demás se acomoda casi como por arte de magia. Los egos, las diferencias estilísticas, los pifies y las inseguridades, todo eso puede resolverse con tiempo y zapadas regulares.