lunes, 16 de octubre de 2017

Qué es el mastering y para qué sirve






El mastering es el último proceso técnico y artístico que se le aplica a las obras musicales antes de que lleguen al oído del oyente. Todos los músicos profesionales saben que sus discos tuvieron una etapa de mastering pero no todos saben explicar correctamente de qué se trata.


Comencemos por el principio: la creación de la canción. Una vez que uno tiene una obra musical lista en todo sentido, puede introducirse en el estudio para grabarla. La grabación, como su nombre lo indica, es el proceso de crear un registro de lo que se está tocando: ya sean instrumentos acústicos, digitales o voces, que se pueden grabar simultáneamente o no. En otras épocas, ese registro se hacía sobre una cinta magnética pero hoy en día se utilizan DAWs (Digital Audio Workstations, por ejemplo: Pro tools) y todo se guarda en una computadora.

Una vez que se tienen todos los sonidos grabados, se procede a mezclarlos, embellecerlos y a crear un sonido homogéneo entre ellos. Por eso, esta etapa se llama mezcla y es aquí donde se conjugan todos los criterios estéticos que hacen al género musical y a la sonoridad de una obra. Aquí el productor artístico saca a relucir su talento e indica al ingeniero de grabación qué sonoridad debe tener la obra.

Una vez terminada la mezcla, hay que preparar los archivos para enviarlos a masterizar. El ingeniero de masterización suele pedir los audios “consolidados” es decir, un solo archivo de audio por cada canción y que contenga todos los procesos de la mezcla ya aplicados. Además, generalmente se pide que los principios y los finales no estén editados. Otra opción, puede ser que el ingeniero solicite los llamados “Stems” que son pistas de audio que contienen, por ejemplo, el bajo y la bateria por un lado y las voces en otro archivo. Entonces, cada obra grabada tendrá más de un archivo y la cantidad depende de lo que el ingeniero de masterización considere adecuado. Como pasaba con la mezcla, en donde se mezclaban todos los sonidos grabados por separado, en el mastering se busca mezclar todas las mezclas, valga la redundancia, para crear un álbum homogéneo y consistente en todos sus tracks. En la etapa de mastering se definen cosas como el orden de los temas, la conexión sonora entre ellos, la duración exacta, el nivel de volúmen de cada track, se editan los comienzos y finales de los tracks (aquí es donde se crean los “fadeouts” y los espacios previos a los tracks) y, si el formato final es digital, se agregan metadatos y códigos UPC e ISRC (este último otorgado por CAPIF al productor fonográfico).

El mastering tiene la particularidad de ser un proceso muy técnico, es decir, que hay muchas cosas que deben respetarse para que no haya errores y existen ciertos estándares que se pueden aplicar. Por ejemplo, si se va a masterizar para vinilo hay que tener cuidado de no exagerar demasiado los sonidos graves porque esto podría provocar que la púa que lee el disco de algunos saltos. Otra cuestión que hay que tener en cuenta es el nivel sonoro del álbum y la correcta sonoridad para que el álbum suene agradable en cualquier parlante o auricular. En la década de 1990 comenzó la llamada “Guerra del sonido” en donde todos los artistas competían para sonar más fuerte en las radios pero a costa de una disminución drástica de la calidad de sonido. Por esta cuestión, discos importantes como Death Magnetic (2008) de Metallica se han visto seriamente perjudicados. Hace algunos años se está trabajando sobre esta problemática y se han hecho algunos avances para mantener la calidad aunque el sonido promedio de los discos sigue bastante más alto que antes del comienzo de la “guerra”.
A la vez, se dice que es un arte porque el productor artístico y el ingeniero de mastering tratan de buscar un buen balance entre todos los tracks.
Como dijimos, el mastering es el último proceso de la cadena pero seguramente estarás pensando que el último proceso técnico es la replicación del formato físico y sí, tenés razón, pero en realidad ese es el verdadero mastering. El término viene de la época de los discos de pasta que se replicaban a partir de un disco “maestro” o “master”. Pero a partir de la década del 70, la producción artística comenzó a mezclarse con la cuestión técnica del proceso de mastering y las mezclas finales eran retocadas antes de ser replicadas. Se dice que el primer álbum en el que utilizó esta técnica fue Led Zeppelin, de la banda homónima.

El mastering es una etapa fundamental de todo álbum y seguirá siendo así mientras haya una gran variedad de formatos como vemos al día de hoy entre formatos físicos y digitales.


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