Es muy habitual utilizar el término DJ o “Disk Jockey” para denominar a los artistas que trabajan con música grabada como parte de su repertorio. Sin embargo, es necesario aclarar que existe una categorización más adecuada y que no es correcto darle a todo el mundo el mote de DJ.
Haciendo un poco de historia, recordamos que a comienzos del siglo XX comenzaban a escucharse las primeras obras grabadas por músicos. Sin embargo, la música en vivo seguía dominando la escena y la música grabada sólo se escuchaba en privado, es decir, en las casas o públicamente a través de la radio. Por lo tanto, la persona que se encargaba de escoger qué música pasar y en qué momento hacerlo, tenía una labor muy importante y recibió el nombre de selector. Ellos fueron los primeros en jugar con las combinaciones y de darle un impulso a la música grabada en las primeras décadas del siglo pasado. Desde aquellos tiempos, la labor del selector ha sido y sigue siendo pasar música respetando ciertos criterios estilísticos ya sea en un local o a través de medios masivos como la radio o la televisión. Aún hoy es posible ver que muchos bares, centros culturales y discotecas contratan selectores para que pasen música de moda.
Si hablamos de los DJs podemos decir que no fue sino hasta 1940 que surgió en París lo que se considera la primera discoteca o “discothèque”. En ella, un selector pasaba música y también se utilizaban instrumentos en vivo que se acoplaban a las grabaciones para hacerlas más interesantes. Cantantes cantaban sobre las grabaciones y estos incipientes DJs comenzaron a jugar con las velocidades de reproducción de bandejas giradiscos. Pero no fue sino hasta mediados de la década de 1960 que el término Disk Jockey comenzó a hacerse popular al mismo tiempo que los clubes de música nocturna se extendían por Europa y norteamérica. El auge de este tipo de arte llegó en la década de 1970 con la aparición de la música disco y una nueva forma de pasar música en vivo había nacido dejando un legado técnico que perdura hasta nuestros días.
Lo importante acá es saber que el selector no modifica las grabaciones ni realiza cambios drásticos a las mismas. No mezcla, sencillamente hace una selección a conciencia y la pasa buscando siempre el momento adecuado. En cambio los DJs dan su impronta a cada “set” es decir, a cada ejecución. Mezclan y arreglan, en definitiva, componen obras propias sobre cosas que fueron grabadas previamente por ellos mismos o por otros.
Hoy en día, ambas profesiones están más vigentes que nunca y es necesario diferenciarlas para no crear confusiones y así respetarlas como se merecen.
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