Las bandas son un ecosistema delicado. Como en cualquier otro ambiente en donde hay personas trabajando juntas, las opiniones personales surgen y a veces no hay consensos. Pueden ser momentos difíciles, especialmente si hay grandes sueños y objetivos por delante.
Distinto es cuando uno tiene un proyecto musical únicamente para divertirse tocando con amigos porque las cosas pueden ser más amenas y el fin no sería hacer las cosas de manera perfecta o conseguir dinero sino simplemente divertirse. En este artículo, hablaremos únicamente de aquellos casos en donde uno busca crear un proyecto musical serio con grandes objetivos y con un marcado perfil profesional, así que vale la aclaración. También cabe aclarar que los tipos de persona de los cuales hablamos pueden ser hombres o mujeres.
Músicos con 1000 bandas
Es genial que haya músicos sesionistas (que cobran un precio fijo por su trabajo a los que manejan el proyecto musical) o simplemente artistas que manejan muchas bandas. La profesión de músico requiere de una gran disciplina y es fantástico a la vez que meritorio que haya gente capaz de construir una carrera exitosa alrededor de su instrumento. Sin embargo, cuando estás formando un proyecto musical serio y necesitar sumar instrumentistas, tenés que contar con gente comprometida, no te queda otra opción. Y justamente, esas personas que tocan en 1000 bandas tienen problemas cuando llega la hora de programar la agenda de shows porque tienen que empezar a poner prioridades. Además, estos músicos casi nunca se involucran con las cuestiones creativas del proyecto, es decir que rara vez se sientan a componer o hacer arreglos como el resto de los miembros, simplemente porque no pueden comprometerse hasta ese punto y siempre tienen “la renuncia en la mano” como suele decirse. Entonces, lo que hacen es simplemente tocar lo que se les pide.
Otro aspecto negativo es que los músicos que tocan en muchos proyectos musicales no se encargan de hacer publicidad o siquiera llevar amigos a sus shows. Si buscás un músico que para desarrollar un proyecto a largo plazo, olvidate de los sesionistas o de los músicos con muchas bandas porque sin duda se te hará muy difícil, sobre todo al principio.
A pesar de todo esto, habrá casos especiales en donde el compromiso no es tan importante, como pasa en bandas de muchos años, y tendrás que poner sobre la balanza otras cosas además del compromiso: el talento del instrumentista, los contactos o la experiencia.
El que se desentiende
En los proyectos musicales independientes, cada miembro tiene una función definida y hay otras que no lo están tanto. Por ejemplo, ni bien terminas de tocar en un show ¿Ayudás a tu baterista a desarmar? ¿Vaciás el escenario o tenés a alguien que lo haga por vos? ¿Cargás tus cosas en el flete o te vas a tomar algo primero? o cuando terminan de ensayar ¿Sos el que se va corriendo de la sala de ensayo y no te quedás a charlar?
Es muy importante saber qué responder ante ese tipo de preguntas. Las cosas relativas a las responsabilidades individuales tienen que quedar muy claras, siempre. Porque si no lo están, entonces después no hay derecho a reclamo alguno y es difícil que las relaciones personales puedan prosperar.
Ahora bien, si todo eso fue discutido hasta el hartazgo pero sigue habiendo “renegados” que no cumplen con las responsabilidades que tomaron, entonces no deberían formar parte de ese proyecto.
El diferente
Hay cientos de casos de bandas famosas que terminan separándose por diferencias musicales. Un caso muy conocido es el de Guns N’ Roses en donde Axl Rose quería tocar un tipo de rock sinfónico pero el resto de los miembros de la banda no querían ir por ese camino.
Es verdad que la unión hace a la fuerza y que no todos deben pensar igual porque se pierde la originalidad pero tener a alguien que permanentemente patea para otro lado se hace difícil de sostener. Por eso, evitá traer músicos simplemente porque toquen bien o sean amables, el gusto musical de cada uno también es importante y es fundamental para crear afinidad y armonía dentro del grupo.
El problemático
Evita a ese músico que no sabe contenerse y que siempre termina peleándose en algún bar, tomando de más o drogándose. Si bien muchos relacionan ciertos géneros musicales con los excesos, no está bien que sea una regla porque casi siempre termina mal a menos que seas Keith Richards.
Algunas peleas pueden ser sutiles y hasta imperceptibles pero sin duda van dejando una huella que a la larga se hace insostenible. Por eso, tratá de rodearte de gente buena onda y respetuosa con los demás y consigo mismo.
El competitivo
Especialmente en grandes bandas u orquestas, a veces hay músicos que quieren destacarse del resto a toda costa. Un guitarrista que tiene que poner uno de sus solos en cada canción o un bajista que no para de tirar arreglos, son una pesadilla para todos. Si ya cometiste el error de llamar a una persona demasiado competitiva para tocar, entonces sería bueno que busques formas sutiles para sugerir un cambio de actitud. Será muy importante que el resto de los integrantes esté de acuerdo con vos y vea una necesidad de cambio porque si no, puede parecer que simplemente no te gusta su forma de tocar y tal vez no sea ese tu problema.
Es posible también que la gente competitiva se exija a sí mismo y al resto por igual, entonces puede ser un poco fastidioso tener que soportar a alguien que te corrija constantemente.
Saber encajar en un grupo y hacer el trabajo justo y necesario es algo que sólo los grandes músicos pueden hacer. La colaboración y el espíritu de equipo deben primar en el ambiente de trabajo y cualquier atisbo de ego desmedido debería ser atendido por todos respetuosamente.
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